¿QUÉ SÍNTOMAS
PRODUCE?
La artrosis de rodilla se manifiesta inicialmente con dolor tras
estar mucho tiempo de pie o caminando. Duelen
especialmente algunas actividades como subir y bajar escaleras, caminar por terrenos
irregulares o levantarse de una silla. Conforme avanza la enfermedad, cada
vez duele antes al comenzar a caminar o al estar de pie.
Tras estar un rato sentado el paciente nota rigidez y dolor al
intentar levantarse. Es como si las rodillas estuvieran agarrotadas y
necesitaran calentarse para poder caminar de nuevo. Al poco rato desaparece la
rigidez y el dolor inicial pero tras un periodo variable de estar caminando,
reaparece el dolor. Si la persona que tiene artrosis de rodilla se pone de pié,
el dolor poco a poco va cediendo. A veces la rodilla se pone hinchada y
caliente. Son los episodios de inflamación que de forma ocasional se observan,
en la artrosis de rodilla. La membrana sinovial produce líquido sinovial en
exceso y por eso la rodilla aparece tumefacta.
No es ésto lo mismo que la hinchazón general de piernas,
tobillos y pies que aparece tras estar mucho tiempo de pie en personas que
retienen líquidos. En la artrosis de rodilla lo que se hincha es la articulación,
permaneciendo normal la pierna, tobillo y pie. En cambio, en la gente que
retiene líquidos, es toda la pierna, de rodilla para abajo, la que se hincha. Con
el tiempo puede irse alterando la alineación de la rodilla, generalmente
metiéndose hacia adentro las piernas. La rodilla se deforma por la reacción del
hueso articular ante la artrosis, formando en los bordes de la articulación
unas rebabas óseas que se llaman osteófitos.
¿CÓMO SE HACE
EL DIAGNÓSTICO?
La
artrosis se diagnostica mediante la realización de una adecuada historia
clínica –entrevista con el paciente–, una exploración de las articulaciones y
la solicitud de radiografías. Ocasionalmente es
necesario extraer el líquido articular que se haya acumulado dentro de la
rodilla para analizarlo, cerciorarse de que sus características son las que
cabría esperar en la artrosis, y, sobre todo, descartar enfermedades
articulares por cristales microscópicos, que pueden manifestarse clínicamente
de forma muy parecida a la artrosis.
No hacen falta análisis especiales de
laboratorio para diagnosticar la enfermedad, aunque pueden ser necesarios
algunos exámenes para descartar otros procesos que pueden simular una artrosis
de rodilla y para asegurar que se pueden dar las medicinas con escaso riesgo
para el organismo. Con una entrevista y exploración física adecuadas es posible
diagnosticar correctamente la enfermedad.
¿QUÉ INFLUYE
EN EL PROCESO?
La
obesidad y una mala función muscular determinan un empeoramiento de la artrosis
de rodilla, que evoluciona más rápidamente y con
más dolor. Los requerimientos físicos intensos también aceleran la evolución de
la artrosis. Correr no es un buen ejercicio para la artrosis de rodillas, ya
que acelera la destrucción articular. Las actividades físicas que conlleven
carrera, marcha o salto pueden acelerar la destrucción del cartílago hialino. Algunos
pacientes refieren un empeoramiento de sus síntomas en las épocas de mal tiempo
atmosférico, sin que se conozca la causa de la relación entre el estado
meteorológico y las manifestaciones clínicas de la artrosis. No existe ninguna
dieta especial que mejore la artrosis de rodilla. Las únicas recomendaciones
que se pueden hacer es controlar la ingesta de calorías para evitar el
sobrepeso y seguir una dieta mediterránea variada.
RECOMENDACIONES
MEDICAS
Debe evitarse permanecer mucho tiempo
caminando o de pie. Es más conveniente dar varios paseos cortos que uno largo.
Cuando aparece dolor se debe tomar un descanso hasta que las molestias se
atenúen. Si una pierna es más larga que la otra, suele ser útil la corrección
mediante el uso de alzas adecuadas en el calzado.
Una
de las medidas más eficaces es alcanzar el peso ideal. La obesidad es
perjudicial para la salud y especialmente peligrosa para la evolución de la
artrosis de rodillas, ya que éstas deben aguantar el peso del cuerpo. El
reposo es también muy útil para aliviar el dolor que aparece tras la actividad
física.
RECOMENDACIONES
DE ACTIVIDAD FISICA
Se
debe evitar subir y bajar escaleras. Deben buscarse las rampas y los
ascensores, acomodando los itinerarios a la presencia de estos elementos para
salvar desniveles. En el caso de que una rodilla duela más que la otra, el uso de un bastón en el brazo contrario a la
rodilla más dolorosa libera parcialmente de peso dicha rodilla durante la
marcha y disminuye el dolor y la limitación. Es muy recomendable mantener un
buen tono muscular y un adecuado acondicionamiento físico.
El uso de una bicicleta estática proporciona un excelente tono muscular
sin sobrecargar la articulación. La natación es otra actividad física
especialmente recomendable. Deben evitarse los deportes con carrera y
salto. La aplicación de calor seco local con una bolsa de agua caliente o con
una manta eléctrica disminuye el dolor y es una medida doméstica muy útil y al
alcance de todos para disminuir el dolor y la rigidez. En ocasiones el médico
especialista puede decidir enviarle a una unidad de terapia física
(Rehabilitación) para que, mediante ejercicios, movilizaciones y aparatos que generan
calor dentro de la articulación, las rodillas mejoren en su función y en sus
manifestaciones dolorosas.
TRATAMIENTOS
FARMACOLÓGICOS HABITUALES
Su reumatólogo le recomendará diferentes
medicamentos que tienen la capacidad de reducir el dolor y la inflamación como
son los analgésicos y los antiinflamatorios no esteroideos. Es muy habitual
tener que probar diferentes medicamentos analgésicos y antiinflamatorios hasta
encontrar el que proporciona el mayor alivio a un paciente determinado. No
piense que estos cambios significan que su médico no tiene claro cómo tratarle,
porque en realidad le está diseñando el tratamiento farmacológico más eficaz
para su caso concreto. Recientemente se han obtenido datos que sugieren que el
uso a largo plazo -varios años de tratamiento continuo– de un nuevo grupo grupo
de medicamentos (que incluye el sulfato
de glucosamina, el condroitín sulfato, la diacereína), puede enlentecer la
progresión de la enfermedad tanto a nivel sintomático como la evolución del deterioro
del cartílago hialino. El médico especialista conoce perfectamente estos
productos y, si lo considera indicado en su caso, se los prescribirá. Es
previsible la continua aparición de nuevos tratamientos dirigidos a frenar el
deterioro del cartílago artrósico.
TRATAMIENTOS
LOCALES
Algunos productos administrados dentro
de la articulación mediante una infiltración producen un notable alivio
sintomático. Estos productos son los corticoides y el ácido hialurónico. El
médico especialista conoce mejor que nadie cuál es el momento adecuado para
administrárselo durante el curso de la enfermedad. La utilización de
corticoides (prednisona, cortisona, metilprednisolona, etc.) por vía oral, no
está indicada en la artrosis de rodilla.
POSIBILIDADES
QUIRÚRGICAS
A veces, a pesar de todas las medidas
terapéuticas reseñadas en los párrafos anteriores, la artrosis de rodilla puede
seguir un curso inexorable hacia la destrucción prácticamente completa del
cartílago hialino. En estos casos diferentes técnicas quirúrgicas como las
osteosíntesis o la implantación de prótesis articulares, restaura la capacidad
funcional y reducen notablemente el dolor. De nuevo su reumatólogo es el
profesional más capacitado para decidir cuándo utilizar estas herramientas
quirúrgicas.
¿CÓMO
EVOLUCIONA?
La evolución de la artrosis de rodilla
es muy variable de paciente a paciente. En general se comporta como una
enfermedad crónica, lentamente evolutiva, con temporadas de mayores molestias
que dan paso a épocas buenas en las que prácticamente no existen molestias. En
determinados casos, el deterioro del cartílago hialino es tan intenso que es
necesaria la implantación de una prótesis articular. Es importante el tratamiento y la rehabilitación
para evitar inmovilidad, porque de persistir la inmovilidad puede convertirse
en factor de riesgo para enfermedad coronaria, con desenlaces serios de
infarto, muerte súbita o accidente cerebrovascular. Por esto igualmente es
importante el tratamiento tanto farmacológico como no farmacológico en forma
juiciosa.
REFERENCIAS
DE LA INFORMACIÓN
1. Sociedad Española de Reumatología –
Folleto informativo.
2. http://nuevoenmedicina.blogspot.com/2013/12/osteoartrosis-o-enfermedad-articular.html
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